En estos últimos días de confinamiento queremos compartir contigo una nueva receta, como siempre con fotos paso a paso para que no tengas ninguna duda a la hora de hacerla. Ya sabes que nos encantan las recetas japonesas, como nuestra receta de gyozas o nuestra receta de ramen básico, pero esta vez queremos enseñarte una receta japonesa dulce, la receta de castella japonesa.
Un bizcocho japonés que es increíblemente suave, húmedo y blanco, tanto que su textura recuerda a la de una nube. Pero antes de la receta, un poquito de historia.
¿Qué es una castella japonesa y por qué se llama así?
La castella japonesa o “kasutera” es un dulce japonés importado por los portugueses en el siglo XVI, parecido a su “Pão de Castela”, que lleva ese nombre por el Reino de Castilla español. Curioso, ¿no?
En Japón se puede encontrar la castella en muchas variaciones, con te verde matcha, con azúcar moreno, con miel… En nuestro caso, hemos hecho una castella japonesa con un toque de vainilla y algo de mantequilla para dar más sabor.
Elaboración de la castella japonesa
Ingredientes
- 85 gr de mantequilla.
- 100 gr de leche.
- 6 yemas.
- 6 claras.
- Esencia de vainilla natural.
- Pizca de sal.
- 95 gr. de harina floja.
- 110 gr. de azúcar.
Además, necesitarás un molde redondo de 20-22 cm. Idealmente no desmontable para evitar que se introduzca el agua al hornearlo al baño maría.
Lo primero que vamos a hacer es separar las yemas y las claras, para tenerlas listas para los siguientes pasos.
Después, calentamos bien la leche para añadirla a la mantequilla y derretirla. Puedes aprovechar y añadir aquí también la esencia natural de vainilla. La leche la puedes calentar en un cazo o en el microondas, vigilando que no se evapore demasiado para no alterar las proporciones de la receta.
Una vez tenemos la mezcla de vainilla, leche y mantequilla caliente, la añadimos poco a poco a las yemas, removiendo constantemente con unas varillas. Si añadiésemos la mezcla caliente de una sola vez a las yemas, se nos cuajarían y tendríamos que tirarlas y empezar de nuevo.
A continuación, añadimos la harina tamizada en tres veces, removiendo ligeramente con las varillas hasta que se integre la harina, sin mezclar demasiado.
Ahora que ya tenemos la primera mezcla de yemas lista, vamos a hacer una segunda mezcla con el resto de ingredientes.
Los ingredientes que nos quedan son las claras, azúcar y sal. Con ellas vamos a hacer un merengue francés no muy firme. Para ello, ponemos las claras en el bol de la KitchenAid (o un bol normal si vas a montar a mano o con otra batidora), añadimos la sal y empezamos a montar a velocidad media, para no crear burbujas demasiado grandes batiendo a alta velocidad.
Una vez las claras empiezan a espumar (punto mousse, la segunda foto de la serie) podemos empezar a añadir el azúcar. Lo añadimos en tres veces según veamos que se va incorporando y seguimos montando hasta que consigamos una textura de pico suave, es decir, no demasiado montadas.
Cuando tengamos las claras a punto, dejamos de batir e incorporamos un tercio del merengue en la mezcla de yemas y removemos.
El objetivo es igualar un poco las texturas de las dos mezclas, para que sea más fácil mezclarlas.
Ahora, vertemos la mezcla sobre el merengue y mezclamos con una lengua grande en movimientos envolventes para que no se nos baje el merengue. Si mezclásemos rápido y sin cuidado, romperíamos las burbujas del merengue y perderíamos mucho volumen.
Ponemos la mezcla de la castella japonesa en un molde redondo de 22 cm. de diámetro, idealmente que no sea desmontable, ya que el horneado se va a realizar al baño maría y si es desmontable hay más riesgo de que entre agua en el molde. Forramos el molde con papel de hornear.
Removemos ligeramente con un palillo o brocheta para romper las burbujas grandes que puedan haber quedado en la masa y damos un par de golpes suaves contra la encimera para terminar de quitar las burbujas.
Si solo tienes moldes desmontables puedes hacer como nosotros y filmar la parte de abajo con film resistente al horno/microondas, (aguantan hasta los 160 grados) y después forrar con papel de aluminio. El film lo puedes encontrar en Mercadona.
De esta forma te aseguras de que no entre nada de agua en tu castella japonesa.
Horneado de la castella japonesa
La castella japonesa tiene que meterse en el horno inmediatamente, por lo que tendrás que tenerlo precalentado a 150 grados con antelación.
También tendrás que tener el agua caliente preparada para el baño maría. Lo mejor es que pongas el agua a hervir antes de empezar la receta y bajes el fuego al mínimo para que se mantenga a una temperatura adecuada.
Ponemos el molde en una bandeja y añadimos el agua caliente (a unos 70 grados) para poder hornear la castella japonesa al baño maría.
La castella japonesa es un bizcocho muy delicado, por lo que vamos a hornear a dos temperaturas, primero a una temperatura más alta para dorar la superficie, y luego bajaremos la temperatura para terminar de cocinar el interior sin que se nos queme la parte de arriba.
Horneamos con ventilador primero a 150 grados durante 35 minutos y después bajamos la temperatura a 130 grados durante 25 minutos.
Cada horno es un mundo, por lo que estas temperaturas y tiempos pueden variar ligeramente.
Sacamos del horno y dejamos enfriar 15 minutos antes de desmoldarla ¡Y a disfrutar!
Esperamos que te haya gustado esta receta de castella japonesa y te animes a hacerla. El resultado es increíble, una suavidad y esponjosidad que nunca has visto en ningún otro bizcocho. ¡Que aproveche!
Si haces esta receta, sube una foto y usa el hashtag #voyasercocinero
¡Nos encanta ver vuestras creaciones en Instagram!
Deja una respuesta